No te pierdas esta entrevista de Isabel Caviedes, Managing Director de Alhona, para el Heraldo de Aragón.
En Alhona creemos firmemente que cada empresa tiene sus propios retos, y que la clave está en entender cuál es la tecnología adecuada para resolverlos. Elegir esa tecnología adecuada, el caso de uso y saber orquestarlo todo, es lo que permite aprovechar todo el potencial de la IA.
«No hay que aplicar la tecnología porque sea una moda, sino con un objetivo y un enfoque estratégico»
«Hay que adaptar la tecnología a cada reto, no aplicarla por ser la moda»
Al frente de una spin-off de la firma Gestamp dedicada a la consultoría para la transformación tecnológica de las industrias, Caviedes cree que la IA es “la guinda del pastel” que acerca un poco más un futuro de fábricas totalmente autónomas.
¿En qué grado de transformación se encuentra España en su camino hacia una industria 4.0?
El nivel de madurez es muy diverso. Hay sectores muy avanzados, como el de automoción, que está altamente automatizados y digitalizado, pero hay otros como el naval en los que aún hay mucha operación manual. Y con una baja automatización, es difícil que la industria 4.0 pueda darse en su totalidad. Además, la realidad de cada empresa es muy diferente.
¿En qué sentido?
Cada empresa se enfrenta a retos distintos, que pueden resolverse con diferentes niveles de tecnología. Según su situación, prioridades y capacidad de inversión, aplican más o menos tecnología para resolverlos. Por ejemplo, una empresa en la que asegurar la calidad de su producto es crítico, invertirá más para controlar el producto a lo largo de todo el proceso.
¿Qué pulso tiene la industria en Aragón?
Aragón ahora está en un gran momento. No dejan de salir noticias de nuevas inversiones industriales, con proyectos muy ambiciosos y una apuesta tecnológica clara. Además, es en inversiones nuevas cuando realmente puedes dar un salto cualitativo e introducir la tecnología desde el inicio. Cambiar una industria que ya está muy asentada es mucho más costoso.
¿Cómo está acelerando la IA la industrialización 4.0?
Si hablamos de industria, la IA es la guinda del pastel. Es un error querer aplicarla sin tener una base sólida. Si no construyes primero la base, no puedes esperar resultados. Ahí es donde está la dificultad, en elegir el caso de uso, las tecnologías adecuadas y saber orquestarlo todo para aprovechar todo el potencial de la IA.
¿Aún se está en una fase inicial de desarrollo?
Hay muchos avances, encontramos plantas relativamente autónomas, pero que todavía no acaban de resolver la complejidad que tiene la industria de manera general y definitiva. Es esa aplicación de la IA al mundo físico la que realmente va a cambiar las reglas del juego de la industria.
¿Cuándo llegaremos ahí?
Cada vez estamos más cerca. La conducción autónoma es un buen ejemplo. Llevamos más de 10 años hablando de ello y todavía no se ha conseguido al 100%. Porque no solo se trata de tomar decisiones de manera rápida y precisa, sino de hacerlo en entornos impredecibles. En cualquier caso, con la tecnología actual ya se puede obtener mucho valor.
¿Se ha dotado de inteligencia a los robots antes de completar el desarrollo de la robótica para su total integración?
No consiste solo en desarrollar la robótica y la IA. Aquí la clave está en cómo conectar dos mundos muy diferentes, el de operación (OT) y el IT. El primero rígido, estructurado y determinista. El segundo mucho más complejo y flexible, capaz de manejar la incertidumbre, pero no el rigor que necesita el mundo físico donde los errores pueden tener consecuencias graves.
¿Qué papel juegan herramientas como la virtualización o el ‘Gemelo Digital’ en los procesos de transformación que aplica Alhona?
La virtualización replica modelos físicos, como líneas productivas o instalaciones, en entornos virtuales con el objetivo de predecir, dimensionar y optimizar procesos logísticos y productivos. El Gemelo Digital va más allá. Es una réplica digital en tiempo que releja el comportamiento de un modelo físico. A partir de ahí, te permite hacer predicciones de eventos futuros, bien basados en datos en tiempo real o en escenarios hipotéticos, anticipando problemas y ayudando con la toma de decisiones.
Las pymes van más rezagadas. ¿Cómo vencer las barreras de entrada?
No hay que aplicar la tecnología porque sea una moda, sin un objetivo ni enfoque estratégico. Lo importante es entender cuál es el reto y ver cuál es la tecnología que realmente va a ayudar a resolverlo pensando en la ratio coste-beneficio y con una estrategia global a nivel compañía y no de proyecto piloto aislados.
¿Cómo se imagina las fábricas del futuro?
Totalmente virtualizadas y gestionadas desde una capa digital, desde donde se ejecuten decisiones de manera autónoma y flexible, adaptándose a las circunstancias del entorno.
Hará falta un cambio claro de perfiles laborales…
Sí, ya están cambiando. Antes el miedo estaba en perder las labores más operativas en las fábricas, algo que comenzó a ocurrir ya con la automatización. Ahora los que tienen que cambiar son los perfiles más cualificados, porque cada vez las decisiones están más automatizadas.
¿Cómo tendrá que ser ese nuevo trabajador?
La tecnología avanza cada vez más rápido y no siempre en las áreas que cabría esperar. Por ejemplo, la IA ha evolucionado mucho más rápido en la parte creativa. Es difícil vislumbrar cómo van a evolucionar los perfiles pero, en cualquier caso, tendrán que estar en constante actualización, incorporando las nuevas tecnologías y con capacidad de adaptarse a los cambios.
