Fernando Diaz fue uno de los primeros en unirse al equipo de Alhona y al gran reto que teníamos por delante. Como CTO de la compañía, su misión era clara: crear desde cero una plataforma IoT innovadora y de valor para la industria que resolviera las necesidades reales que se les plantean a nuestros clientes. A esto se le unía también el reto de crear un nuevo equipo de trabajo con el que construir este producto desde los cimientos.
Hoy, un año después, podemos decir que nos encontramos en el camino correcto y trabajando en las últimas fases de desarrollo del producto que muy pronto estará en el mercado, con el MVP de la plataforma ya construido y con los primeros usuarios dándonos feedback para continuar creando el producto que necesitan y ya demandan nuestros clientes.
Teniendo en mente que Alhona cuenta con dos equipos diferenciados, consultoría y desarrollo de producto, ¿cómo crees que ha ayudado la experiencia obtenida de esta consultoría en el desarrollo del producto?
Pues nos ha ayudado mucho y en distintas facetas, pero es curioso recordar como en los primeros meses de Alhona teníamos mucho miedo de mezclar la consultoría con el producto. En primer lugar, porque son dos equipos con habilidades y formas de trabajar muy diferentes, pero sobre todo porque sentíamos que el cliente de consultoría podía encontrar un conflicto de intereses entre estos dos ámbitos.
Aun así, no tardamos en darnos cuenta de que, fomentando la colaboración, podíamos generar grandes sinergias que favorecen a ambas iniciativas. En fases tempranas, el mayor reto que tenemos las startups es validar hipótesis y, la más importante, es que estás construyendo soluciones a necesidades reales de tus clientes.
En este punto, la sinergia con la consultoría nos provee de insights de muy alto valor, con la garantía de que nuestro producto está principalmente dirigido por las necesidades reales de la industria, a la vez que nos permite acceder al mercado mucho más rápido y, por tanto, aprender y crecer dentro de éste.
Y, desde el punto de vista de la consultoría, ¿crees que el desarrollo de producto le aporta valor?
Sí, claro. Desde el punto de vista de la consultoría, esta sinergia también ha dado frutos; de hecho, los propios clientes de consultoría se interesan y nos piden de forma proactiva ver lo que estamos construyendo para poder incorporarlo en sus negocios cuando esté disponible.
La gran ventaja que obtiene el equipo de consultoría es contar con un producto hecho en Alhona, lo que les facilita poder proporcionar un servicio de principio a fin liderado por nosotros. Esto nos permite no solo convertirnos en expertos en los espacios de mejora del cliente, sino también asegurarnos de que podemos implementar las soluciones técnicas para una mayor obtención de valor del proyecto.
Al final, lo que conseguimos no es vender estrategia o tecnología simplemente, sino vender valor e impacto a nuestros clientes, y no solo de palabra, sino con compromiso.
¿Qué tipo de producto estáis desarrollando y qué valor diferencial aporta?
La visión de Alhona es clara: “Proporcionar herramientas tecnológicas y conocimientos estratégicos a las empresas industriales para descubrir y aprovechar el potencial oculto en datos previamente no explotados”
Dentro de esa visión, el producto pone la parte de herramientas. Nuestra visión del producto también es clara: queremos ayudar a las empresas a tomar mejores decisiones basadas en sus datos. Además, en Alhona creemos firmemente que el IoT tiene que ser masivo, para esto estamos construyendo una plataforma que será capaz de procesar una cantidad muy alta de datos sin que nuestros clientes incurran en gastos desproporcionados. Creemos que las soluciones actuales no cumplen con esta misiva, lo que provoca que no se pueda captar todas las señales necesarias para sacar todo el valor del producto.
Y, finalmente, ¿crees que, sin estos insights de consultoría, el desarrollo del producto sería más lento?
Absolutamente. Cuando empiezas a desarrollar un producto y encontrar su market fit, es muy difícil obtener insights de calidad hasta que los primeros clientes llegan.
Cuando trabajas con una filosofía de producto, esto es incómodo, es como intentar hacer una carrera con los ojos cerrados. Los insights que obtenemos a través de la consultoría de forma frecuente nos eliminan esta barrera de entrada, dándonos mucha confianza y confirmando que la dirección en la que vamos es la correcta.